Fue una jornada en la que nos explicaron la historia de esa institución: una leprosería de más de 100 años, que se ha dedicado a acoger enfermos, y ser uno de los nudos de las redes que luchan contra esta enfermedad. En la actualidad sólo residen unos 20 enfermos, ya sanados, pero que decidieron quedarse a vivir en ese paradisiaco lugar.
Tras tener un tiempo para pasear y disfrutar de los paisajes que allí había, celebramos la eucaristía, y terminamos con una paella la jornada.
Confiamos en que siga habiendo ocasiones de encuentro lúdico entre todos nosotros.
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